Avanzando sobre mi decisión

Tras pensar profundamente sobre la idea de aprender chino, comencé mi búsqueda en redes sociales y descubrí la academia Mandarín Centers que, al ser una empresa pionera y arriesgada (por el hecho de enseñar chino en un país con una negación bastante notable para los idiomas) ha conseguido captar la atención de muchas personas que como yo, necesitamos algo nuevo que de verdad nos abra las puertas al futuro.

Mi duda existencial es la que supongo que cualquiera tiene cuando decide dedicarse a un idioma: el tiempo. El trabajo, la familia, los amigos, la casa… “No tengo tiempo” es una frase que pronuncio día sí y día no y que a muchos nos persigue. “Tengo que…” “Debería…” Siempre estamos lamentándonos de cosas que nos gustaría hacer y que no hacemos por falta de tiempo.

Realmente, si lo pienso, no es cierto, siempre es posible sacar un rato en la semana para dedicarnos a nosotros mismos y por qué no, a algo que nos ilusione, un capricho personal. Igual que me dedico un rato a pintar mis uñas, a ir de compras o a ir a la peluquería ¿por qué no a un idioma y una cultura que además puede aportarme valor profesional?

Otra de las excusas personales que nos buscamos es el “ahora mismo no me lo puedo permitir económicamente”. Para mi sorpresa, estudiar chino es bastante más accesible que aprender inglés (nos hemos quedado también sin esta excusa).

A mí, de repente, me ha ilusionado el aprenderlo y creo que voy a seguir adelante. Me ha motivado bastante la experiencia que relatan las personas que ya están acudiendo a clases que al parecer son impartidas por profesores nativos, lo que creo que enriquece mucho más el aprendizaje.

Creo que mi próximo paso es ir personalmente a visitar el sitio y terminar de tomar la decisión.

¡Hasta la próxima!