El imperio mandarín y las franquicias de chino

 

 

La segunda generación de chinos asentados en nuestro país ya se adapta sin problemas a nuestra cultura. Se pueden ver cada vez más en los colegios niños chinos que hablan el español como primera lengua y que mantienen el chino de sus padres, convirtiéndose así en bilingües.

 

De los cinco millones de extranjeros con los que convivimos en España, más de una cuarta parte son de origen chino, lo que supone incluso más de la población total de provincias como Cádiz o Toledo.

En Madrid, la comunidad china ocupa barrios enteros y, aunque cuando comenzaron a llegar a nuestro país los primeros inmigrantes chinos los asociábamos a los restaurantes de comida asiática y a bazares, su imagen está cambiando y ya no nos resulta tan extraño verlos desempeñar actividades muy dispares.

 

A la hora de acceder al mercado laboral, cada vez más, se demanda el conocimiento de un tercer idioma, sobre todo para perfiles altos. El chino mandarín es un idioma en auge en nuestro país que puede permitir enriquecer el curriculum y atraer a los seleccionadores. Además, según importantes empresas dedicadas a la selección de personal, al ser un idioma complejo, está mejor valorado en un curriculum que otros, puesto que además coloca al candidato en una posición abierta a un mercado internacional en auge, como lo es el chino.

 

Existen franquicias de chino mandarín creadas por nativos que se dedican a enseñar a sus compatriotas. Aquí en nuestro país han encontrado un gran nicho de mercado al apreciarse el interés presente en aprender el idioma.

 

Desde las academias de chino mandarín, se ofrecen clases en diferentes niveles y destinadas a todas las edades, desde los más pequeños –que encuentran la posibilidad de aprender el idioma casi desde la cuna- hasta los adultos – que debido a que China es uno de los países que más peso ha ganado en el mundo de los negocios, se ven en la necesidad -.

 

Desde el punto de vista turístico, este sector supone un gran potencial al que tenemos que hacer frente. Es una inversión bastante rentable cotejando los datos de los visitantes que llegan a nuestro país desde China, que desembolsan en sus vacaciones una cantidad que se sitúa por encima de la media del resto de turistas.

De nuestro país no solo les llama la atención el clima o el fútbol como sabemos, sino que aprovechan sus viajes para invertir en propiedades y negocios de los que nos beneficiamos.

 

Sabiendo todo esto, podemos entender que cada vez sean más las personas dispuestas a aprender chino mandarín como segundo o tercer idioma， que se estén disparando la creación de academias de chino en España y que ya no sea extraño ver a un niño español hablando chino en su colegio.